(Bases para una política de lesa humanidad que hiere la «unión nacional») -1-

El período 2004-2010, en la Argentina, es descripto como una etapa en la cual el militante guerrillero es presentado como héroe indefinido y, en tal sentido, el ex -guerrillero, militante del Ejército Revolucionario del Pueblo, Martín Caparros, indica la autoría de la nueva versión: Dice que los Kirchner en el Gobierno empezaron a reivindicar a los militantes setentistas como su referencia histórica, su precedente heroico.

Para eso tuvieron que falsear sus historias: como no tenían ninguna intención de retomar las convicciones socialistas que los habían llevado a la derrota militar y a la muerte, los transformaron en unos raros activistas socialdemócratas: reivindicaron su militancia, pero la vaciaron de su contenido Esta nueva perspectiva, adoptada desde el Estado nacional en la cuestión del pasado reciente, estuvo sostenida en un importante dispositivo simbólico, observable en la producción audiovisual de relatos periodísticos y libros testimoniales de aquellos que fueron testigos y parte de los hechos a partir del año 1973, que fue estimulada y financiada desde el Estado y que se tradujo finalmente en una versión homogénea y única de lo sucedido en la década de 1970, sin admitir matices ni voces disidentes.

Pudo instalarse mediante una omnipotente manipulación política de las representaciones colectivas, sobre todo a través de los mass media, lo que permitió que una lectura determinada del pasado fuera convertida en la matriz de una memoria colectiva.

De este modo, el usufructo de la causa de los derechos humanos en Argentina pasó a los sobrevivientes y simpatizantes de la izquierda revolucionaria derrotada. Sin embargo, progresivamente, se fue opacando la militancia de los sobrevivientes y desaparecidos y se construyó la imagen de la víctima «purificada», a cuyo efecto fue

necesario silenciar las memorias que pudieran recordar y poner de relieve su combatividad, y borrar el verdadero rol que habían tenido. El dilema sobre si los desaparecidos también habían sido, de alguna manera, responsables de la violencia represiva, se convirtió en un tema tabú del que solo se considera legítimo hablar siempre que se lo haga en «clave épica», al habérselos convertido en «intocables».

Resultaba problemático e incómodo tratar este asunto desde otra perspectiva que no fuera la de «víctima inocente», corriendo el riesgo quien lo hiciera –incluidos los historiadores provenientes de la izquierda– de ser catalogado como simpatizante del

régimen militar o de aprobar sus procedimientos. Y como resultado, se dio la insólita circunstancia que Caparrós define en una observación: «La forma del relato y la Memoria no quedó en manos de los que ganaron sino de los que perdimos».

No debe soslayarse que este relato de «conveniencia política kirchnerista», fue asumido por muchos sectores oportunistas del país: el judicial, el ministerio público fiscal y la mayoría de los partidos políticos – ejemplo: lo que es hoy la coalición cívica, el radicalismo, el peronismo, los partidos de izquierda, el Pro, etc., todo con miras a expiar sus culpas sobre todo en el sector militar de la sociedad, a la vez que este alineamiento, en una «falsa política» de derechos humanos, les servía a sus precursores para encaramarse en cargos y dividir a la Nación, corrompiéndola y enriqueciéndose sin límites.

Estuvo ausente en los argentinos, a la hora de unir la Nación después de los desencuentros internos, el patriotismo que inspiró a Mandela en momentos que tuvo que poner paz entre los sudafricanos. Este líder del mundo admitió que a la política en tiempos del «apartheid», la habían deshumanizado todos; en cambio, para el pensamiento argentino representado por los presidentes Kirchner, en la guerra interna,

sobre todo de los años setenta, el demonio estuvo y está, solamente en los agentes del Estado que debieron enfrentar a las organizaciones terroristas.

Para el guerrillero la glorificación, primero como héroe, luego como víctima.

 

-1- EXTRAÍDO POR EL EQUIPO DE LA UPMAC DE: “LA BATALLA POR EL RELATO”.

ENSAYO HISTORIOGRÁFICO SOBRE LA GUERRA REVOLUCIONARIA EN ARGENTINA 1959-1989.

CAPÍTULO 14 - GLORIFICACIÓN DEL REVOLUCIONARIO.

Publicado por la Unión Personal Militar Asociación Civil www.upmac.org.ar