En su contenido,  prevé no solo la reorganización interna de los cuarteles o el despliegue de militares en las fronteras sino también la posibilidad de que la Argentina vuelva a tener producción propia para la defensa, un nuevo plan de estudios para los uniformados y un sistema de ciberdefensa sofisticado.

La idea de Macri, elaborada con el ministro de Defensa Oscar Aguad y el Estado Mayor Conjunto, que ya se volcó a un documento, hasta ahora es secreto. Sin embargo, el Infobae  aseguró que accedió a gran parte de ese plan que se presentará el lunes a las 9:30 en Campo de Mayo.

En el esquema de la nueva reorganización de las Fuerzas Armadas previstas por Macri se menciona el cumplimiento de tres etapas de acción. La primera será de tres años, la segunda de cinco y la tercera de ocho años.

"Este plan de reorganización militar no se hizo ni en los últimos 100 años de la Argentina", comentó entusiasmado un funcionario del Gobierno.

 

El detalle de las tres etapas del plan

 

Primera etapa. Se contempla allí una reorganización del Estado Mayor Conjunto a pleno. El despliegue, la reorganización y el complemento de "estructuras innecesarias". Es decir, se prevé en esta primera etapa la eliminación de determinadas estructuras internas en el conjunto de las Fuerzas Armadas, aunque no se dieron detalles aún de cuáles serán las que van a desaparecer.

A la vez, en esta primera etapa se hará la "reestructuración del Ejército del Aire". Esta es una experiencia similar a la que realizó España donde todas las aeronaves responden al Estado Mayor Conjunto y el uso de estas será transversal. Es decir, en lugar de pilotos navales o del Ejército habrá pilotos para todas las fuerzas y para el despliegue de aeronaves en todo el país.

También está previsto el desarrollo de un ambicioso programa de ciberdefensa para evitar ataques cibernéticos de grupos terroristas o la intercepción de las Fuerzas por parte de hackers profesionales.

Está pensada en esta primera etapa también el reordanamiento de la distribución de capacidades logísticas. Esto significa que los cuarteles se podrán concentrar con mayor capacidad en menos lugares. Así se prevé el cierre de cuarteles. "El modelo de despliegue de estructuras militares actuales se amoldaba a la ya anacrónica doctrina de seguridad nacional. Ahora hay que pensar en una capacidad logística de protección de las fronteras y la coordinación logística con las fuerzas de seguridad", dijo una fuente de la Casa Rosada. Así, van a desaparecer la concentración de cuarteles militares en zonas urbanas para reforzar las fronteras.

De hecho, Infobae  hizo hincapié en que adelantó en exclusiva hace 15 días que el primer despliegue de 500 efectivos militares a la frontera norte comenzará el 1 de agosto para dar apoyo logístico a las fuerzas de seguridad. Se prevé, así, un traslado de tropas a la frontera que en total será de 3.000 uniformados a la frontera norte.

Se piensa desde esta reestructuración en el rediseño de la capacidad tecnológica. Es decir, el ciberataque y el uso de drones en combate en lugar de aviones tripulados. Esta es una inversión en tecnología que se deberá hacer en el futuro.

Segunda etapa. Para este momento del plan de reestructuración militar se prevé la optimización de la organización de las Fuerzas Armadas y el comienzo del "redespliegue". Es que la movilización de los cuarteles va a llevar su tiempo y se establecerá una prioridad para cada objetivo.

Así, se comentó que habrá que reformular todas las unidades de la zona de fronteras, sobre todo en el norte del país. Es que hay batallones que están con una capacidad logística muy limitada y habrá que reconvertirlos.

También se prevé en este momento la actualización de los planes de carrera militar para adaptarlos a los tiempos que se viven en el mundo.

La tercera etapa. Será el momento de la finalización de capacidades propias de las Fuerzas Armadas. Así, en este plan se contempla la posibilidad que piensa Macri para que se pueda generar conocimiento y tecnología propia desde las Fuerzas Armadas. Se menciona la posibilidad de darle fortaleza a una industria militar propia que podría tener un componente de colaboración o financiamiento externo, concluye el texto..