¡Urgente!!!, deben “devolvernos la libertad” dado que nos la robaron con trampas y  artimañas políticas con el fin de construir un poder que no tenían. La ciudadanía que los eligió en el 2003 mediante un voto disperso, posibilitó que llegara al gobierno un siniestro personaje  sin escrúpulos, cuya única virtud era “adorar cajas fuertes”. 

Esta historia es muy conocida, no es necesario reiterarla. Sí es de suma importancia, destacar el por qué, “exijo “mi libertad y, las de todos mis camaradas, ancianos ya, que se encuentran  privados de la libertad junto a sus seres queridos. Seres que se ven sometidos al escarnio y  prejuicio público por ser hijos de, nietos de, esposa, madre de, sin merecerlo. 

¿Por qué digo, nos “robaron” la libertad? Porque para ello se valieron de triquiñuelas  políticas anulando leyes constitucionales legítimamente sancionadas por el congreso de la  nación. Logrado ese objetivo “inconstitucional”, (el congreso no anula leyes. Si puede,  derogarlas, pero nunca con efecto retroactivo), mediante acciones cuasi mafiosas, “apretando  a jueces y hasta la misma Corte Suprema de Justicia de la Nación, con amenazas de llevarlos a  juicios políticos”. De esta forma, “derrumbaron de un plumazo, lo que a la humanidad le llevo 

años de análisis y estudios sobre la “irretroactividad”. Fenómeno que no permite que las  nuevas normas tengan efecto hacia atrás en el tiempo. Soporte esencial de nuestra Carta  Magna. 

Así, la dirigencia política, urgida del reconocimiento de la ciudadanía, (no olvidar que esta,  les había dicho, “que se vayan todos”), atacó y, no titubeó en llevarse por delante la  Constitución Nacional y Tratados internacionales. Haciendo de estos últimos, caprichosas  interpretaciones. 

Logrados estos atropellos inventaron las siguientes mentiras que luego, se transformaron en  la columna vertebral de las acusaciones y condenas en todas las causas por los mal llamados  “juicios de lesa humanidad”.  

Mentira número uno: “Plan sistemático”. Señores, en Argentina no hubo “Plan Sistemático”. Si  un decreto presidencial el cual dio origen a un Plan de Operaciones. De dicho plan se  desprendieron “Ordenes de Combate”. 

Mentira número dos: “Aparato Represivo”. En Argentina no existió tal aparato. Si existió y,  existen, FFAA (ejército, marina y fuerza aérea), subordinadas a estas, las FFSS, (policías,  gendarmería, prefectura, etc.). 

Mentira tres: Secuestros. Las FFAA en operaciones no cometieron secuestros. Si, “capturaron” y “pusieron fuera de combate” a combatientes y colaboradores de “fuerzas  enemigas, adiestradas, entrenadas en las artes de la guerra de guerrillas. Enviadas, por  potencias extranjeras para atacar el sistema de vida republicano y federal de la patria, con el  objetivo, declarado, de reemplazarlo por uno de modalidad totalitaria.  

Vale aclarar que el término “secuestro”, en las causas de “lesa”, se utiliza para dar vuelta el  significado de “captura/detención. Procedimientos legales al momento de los hechos hayan  sido éstos abiertos o encubiertos por razones de guerra. 

Es decir, los cuadros medios e inferiores de las FFAA, FFSS, COMBATIERON dentro de las  normas y procedimientos establecidos en los reglamentos de combate y de guerra de  guerrilla redactados y aprobados por leyes constitucionales. Se debe destacar, que dicha  modalidad de combate fue propuesta por el asesino agresor. Se trató de un enemigo  “traicionero” al que no le interesaban sus semejantes, fueran niños, ancianos, padres o  madres. 

Cuarta mentira/distorsión: “Crímenes de Lesa Humanidad y Genocidio”. En Argentina no se  han cometido crímenes de tal categoría. Para ilustrase, solo necesitan leer el Estatuto de  Roma y su implementación en Argentina.  

Lo contrario corre por cuenta de los traficantes de la mentira que buscan desinformar al  ciudadano común y al desprevenido trabajador. 

Estas mentiras, meticulosamente estudiadas y, “compradas” luego por la ciudadanía, les  permitió “esconder” el verdadero objetivo del ataque terrorista al sistema constitucional de la  República Argentina. 

Vemos entonces, como se le quebró el “alma” al derecho” y, a partir de ello, la aplicación  “retroactiva de la ley” para los mal llamado juicios de “lesa”, se naturalizo. Hoy, una  mayoría de dirigentes montan sus campañas sobre “la falta de justicia en argentina”, sin 

percibir que el punta pie inicial a tal quebrantamiento, se lo dieron cuando se decidió violar  el artículo 18 de la CN y, así someternos a circenses juicios. 

Todas las acciones de aquella guerra, pudieron y, pueden, ser investigadas y sancionadas con  las leyes vigente al momento de los hechos. Especialmente con el Código de justicia Militar”,  (aquel, contemplaba la pena de muerte), por lo que no se puede pensar que era benévolo. 

Pretender hoy, cuarenta años después, solucionar un conflicto interno armado, con el Código  Penal para tiempos de paz, es de una imperdonable miopía intelectual de la dirigencia. Con  el agravante de permitir al enemigo derrotado en el terreno de las armas, volver a atacar la  paz ciudadana mediante nuevas máscaras contempladas en el marco de las guerras  “asimétricas de nueva generación”. 

Como vemos, queda claro, aquella política de “ocasión”, se convirtió en un rotundo fracaso.  Su único y perverso resultado, es encarcelar ilegítimamente a cuadros subalternos, que no  tuvieron el “poder y, tampoco la decisión política del momento”. 

Por ello hoy, no se logra, ni verdad, ni justicia y si se esconde y se justifica la agresión asesina  del terrorismo marxista. 

Por eso pido, “DEVUELVAN MI LIBERTAD”. ¿Qué esperan para interrumpir la cadena de  homicidios cometidos bajo el disfraz de “lesa humanidad”? A la fecha son 766 los muertos en  cautiverio. Su mayoría sin condena. (Inocentes).  

El inventario en materia de fracasos de políticas implementadas durante los últimos veinte  años, es voluminoso. Cabe la pregunta: ¿Por qué, enjuiciar a los cuadros subalterno  combatientes del terrorismo, es la única exitosa? 

Señores, no se trata de piedad, benevolencia o lastima. La solución está plasmada en nuestra  Ley fundamental.  

Se llama “AMNISTIA”. Por algo está contemplada en nuestra CN. Justamente para resolver  enfrentamientos dolorosos con la finalidad, de que no se vuelvan a reiterar. 

Es necesario corregir las aberraciones jurídicas cometidas en el 2003, al sancionar leyes ex  post facto y aplicarlas retroactivamente.  

Ha llegado el momento de debatir públicamente este tema sin miedo. Es tiempo de corregir  un fatal error político que abrió la puerta a la violación de la Constitución Nacional. 

Hace poco tiempo, el periodista y abogado Jose Claudio Escribano, refiriéndose a la  actuación del periodismo en la década del 70, se expresó sobre el mismo al decir: “…si dentro  de 25 años, no se expresara algo equivalente que la prensa argentina no se ha ocupado  todavía o, en su momento, no se ocupó, de los temas que a los cuales estaba llamando la  discriminación establecida en el siglo XXI, entre la suerte de los que mataron en el nombre y  los sueños de la patria socialista y aquellos que incursionaron en el terrorismo de estado,  para acabar con la subversión que también actuaba con metodología terrorista….” 

No hay dudas señores. Este proceso de “revancha”, so pretexto de hacer justicia, debe  pararse. No se puede corregir un error con otro mayor. Persistir en esta equivocación, es  reconocer que no aprendimos nada de la trágica década del 70. 

¿El lugar? Congreso de la Nación. ¿Los actores?, ustedes. ¿Tema?: ¡¡AMNISTIA, NO ES  IMPUNIDAD!!

Cordialmente. 

 MENDOZA, 15 de enero de 2023 

 JUAN ARMANDO GIOVARRUSCIO  DNI 8.247.353  10 AÑOS PRIVADO DE LA LIBERTAD