Para analistas internacionales, Venezuela es la clave en el ajedrez geopolítico mundial, donde Rusia y China están desafiando la autoproclamada posición de EEUU como la “hegemonía” del planeta

 Venezuela atraviesa una crisis económica y política que se agravó el 23 de enero, después de que el jefe de la opositora Asamblea Nacional (Parlamento unicameral), Juan Guaidó, se autoproclamara "presidente encargado" del país. El jefe del Estado venezolano, Nicolás Maduro, quien asumió el segundo mandato el 10 de enero, calificó la declaración de Guaidó como un intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado. Guaidó fue reconocido por EEUU, la mayoría de los países integrantes del Grupo de Lima y varias naciones más del continente americano, así como por buena parte de los Estados miembros de la Unión Europea.

Rusia, así como Bolivia, China, Cuba, Irán, Turquía y otros países, reafirmaron su respaldo al actual Gobierno venezolano. El 28 de enero, el Departamento del Tesoro de EE.UU. impuso sanciones a la petrolera venezolana PDVSA que implican el congelamiento de 7.000 millones de dólares y el bloqueo de todos los pagos que hagan empresas estadounidenses que compren petróleo venezolano. El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, estimó que Venezuela perdería 11.000 millones de dólares anuales en ingresos por exportaciones petroleras a causa de esas restricciones.

A diferencia de la opinión de los especialistas, que atribuyen el problema a crónicas fallas de mantenimiento, los recurrentes colapsos en el sistema eléctrico de Venezuela “forman parte de una guerra de EEUU para someter a esta nación caribeña y hacerse de sus recursos naturales,” dijo Saúl Ortega, integrante de la Asamblea Nacional Constituyente. Durante el mes de marzo, este país sudamericano sufrió dos apagones nacionales, uno el 7 y otro el 25, y desde ese entonces se han registrado fallas constantes en el suministro eléctrico. El asambleísta consideró que Washington ha fracasado en las diversas agresiones contra Venezuela, y por eso ahora arremete contra el sistema eléctrico del país. La vicepresidenta de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, Tania Díaz, denunció que buena parte las informaciones de la prensa internacional sobre el apagón que comenzó el 7 de marzo en el país tienen por objetivo presentar a su país como un Estado fallido en un contexto de "guerra informativa". Según Tania Díaz, además de los daños "físicos" y "materiales" que provoca el desabastecimiento eléctrico, los presuntos ataques tienen el objetivo de presentar a Venezuela ante la comunidad internacional como un país sumido en el caos.

¿Hay fundamentos detrás de las acusaciones de Maduro contra EEUU por el apagón en Venezuela?

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cargó contra EE.UU. por los cortes en el suministro de la red eléctrica que sufrió el país caribeño. El diario francés Libération opina que las sospechas del mandatario venezolano podrían tener fundamento. Según el autor del artículo, Pierre Alonso, Washington tiene motivos para un sabotaje de este tipo: el caos en un país que sufre apagones debilita enormemente al presidente. "De esta manera, pueden interferir en los asuntos internos de Venezuela sin ningún contacto físico", explica el columnista. Al mismo tiempo, según el periodista, EE.UU. tiene los medios necesarios para hacerlo. Si bien el sistema de control de la central eléctrica no está conectado a Internet, hace diez años, Estados Unidos e Israel lograron introducir un virus en los sistemas de las centrales nucleares iraníes, que tampoco tenían acceso a la red global, recuerda Alonso. "Así que para la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU, con sus amplios métodos, esto no es un problema", opina. El autor señala que Maduro no presenta pruebas que estuviera implicados los EEUU, pero "despliega una teoría que encaja perfectamente con los temores actuales" en el ciberespacio.

Estados Unidos comenzó a actuar en contra de Venezuela durante la presidencia de Hugo Chávez, declaró el embajador venezolano en Rusia, Carlos Rafael Faría Tortosa. El, apuntó que EE.UU. desató una guerra económica contra Venezuela después de la muerte de Chávez. En opinión del diplomático venezolano, la actitud de EE.UU. hacia Venezuela es la misma que hacia Cuba. Asimismo, agregó que EE.UU. quiere que los militares de Venezuela traicionen al presidente Nicolás Maduro. Además, según el embajador, “EEUU bloquea las cuentas para que el pueblo venezolano proteste contra las autoridades legítimas por la crisis económica.”

 

Igual que en el caso de Siria y Corea del Norte, Donald Trump tachó de 'dictador' al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y dijo que "todas las opciones, incluyendo militares, están sobre la mesa". Analistas consideran que “la fantasía de Trump está fuera de límites de la comprensión humana y es totalmente imprevisible”. En un reciente artículo, el periodista William Astore escribió que todas las guerras de EE.UU. desde 2001 han sido sobre financiadas, sobrevaluadas y siempre han sido perdidas. Sin embargo, el Pentágono y el Departamento de Estado han aprendido que con la ayuda de los medios de comunicación a su disposición se puede convertir la derrota en la victoria. Lo confirmó también el veterano reportero de la NBC News, William Arkin que presentó a la cadena de televisión su renuncia en protesta por el "apoyo reflexivo" de los medios de comunicación a las guerras que ordena Washington y a los generales que las dirigen.

El mismo Secretario General de las Naciones Unidas Antonio Guterres confirmó que los Estados de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad reconocen al presidente Nicolás Maduro, a excepción de Israel y Australia, como mandatario constitucional y legítimo de Venezuela. A la vez, la Organización de las Naciones Unidas rechazó posiciones a favor de los intereses del diputado de la Asamblea Nacional en desacato, Juan Guaidó, quien se autoproclamó "presidente encargado" en un acto inconstitucional el pasado 23 de enero. La opción militar de la que habló también el secretario de Estado, Mike Pompeo está lejos de la realidad. Las Fuerzas Armadas Bolivarianas (FAB) están bien equipadas con el armamento ruso y chino y tienen un alto nivel de preparación. ¿Qué podrían hacer las 5.000 fuerzas especiales norteamericanas que supuestamente el 'halcón' de Trump, John Bolton, hizo transferir a Colombia o los mercenarios colombianos interviniendo en Venezuela contra unos 500.000 FAB y la Guardia Nacional? Los observadores sostienen que no hay que olvidar que las Fuerzas Armadas Bolivarianas tienen un gran respeto en su país y activa participación en la economía nacional. Actualmente los soldados y suboficiales son hijos de las familias campesinas y obreras que se beneficiaron con la revolución de Hugo Chávez y han sido educados en el espíritu bolivariano y el antimperialismo norteamericano. Esperar que estos militares apoyen a la oposición encabezada por Juan Guaidó sería completamente ilógico. Los oficiales tienen una posición privilegiada en el país y un gran número de ellos fueron graduados en las escuelas militares de Rusia, China y Cuba. La mayoría de los oficiales mayores y generales son fieles al Gobierno de Maduro y lo consideran el único dirigente del país.

 

Recientemente el presidente Maduro anunció la conformación de más de 50.000 Unidades Populares de Defensa (UPD), al estilo de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) en Cuba, en todos los barrios, pueblos, ciudades y caseríos del país movilizando a más de dos millones de ciudadanos. Tomando todo esto en cuenta se considera a una locura iniciar una intervención militar en Venezuela que, según las estimaciones del Pentágono involucraría a no menos de 100.000 soldados norteamericanos desatándose una guerra que duraría no menos de dos años. Norteamérica no dispone de tales fuerzas actualmente. Además la invasión haría desestabilizar toda Latinoamérica. Entonces, las promesas del asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, John Bolton de detener y recluir a Nicolás Maduro en la cárcel de Guantánamo reflejan las frustraciones de Washington de no poder terminar con el chavismo en Venezuela.

La Fuerza Armada de Venezuela “está dispuesta a dar su vida para defender la Constitución del país”, dijo el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López. El ofreció estas declaraciones durante una reunión con el presidente Nicolás Maduro, en la sede del Comando Estratégico Operacional, en la que participaron los directores de los distintos cuerpos de inteligencia del país. El ministro de la Defensa destacó que la Fuerza Armada venezolana reconoce el nuevo mandatario de Nicolás Maduro, para el período 2019-2025. Mientras, Maduro participaba en esta reunión con el alto mando militar, la Asamblea Nacional (parlamento unicameral) aprobó dos decretos, uno para calificar al jefe de Estado como usurpador, y el otro para ofrecer una amnistía a militares y funcionarios civiles que se pronuncien a favor de "la restitución de la democracia".

Razones económicas por las que EEUU podria inclinarse por  una guerra en Venezuela

Obtener los recursos energéticos a toda costa y por todos los medios posibles, para así mantener su modelo de consumo. Ese puede ser un buen resumen de cómo Estados Unidos asume su papel en el mundo, según un informe de inteligencia. Sin embargo, las complejidades que se desprenden de esa sentencia son muchísimas. Tal y como lo comenta Thierry Meyssan en un clarificador artículo denominado ‘La Nueva Gran Estrategia de Estados Unidos', es su modelo económico quien empuja las acciones sobre el tablero: "el capitalismo no es un proyecto político sino una forma de ganar dinero" puntualizaba el periodista francés. Por tanto, para entender las razones de la guerra contra Venezuela, "debemos ir más allá de los eufemismos preferidos por Washington, y adentrarnos en las razones económicas". Estados Unidos es una potencia imperial y como tal no acata el marco de convivencia expresado por Naciones Unidas. Para EEUU no hay límites, pues actúa imponiéndose, haciendo caso omiso al multilateralismo y pactos recogidos en cuerpos legales de Nacionales Unidas y/o de foros regionales. Para su clase dirigente, vinculada y constituyente de corporaciones transnacionales, los intereses de EE.UU. prevalecen ante cualquier otro Derecho de las Naciones o de los Pueblos. La producción petrolera en EE.UU. se ha vuelto cada vez más difícil, lo que le ha llevado a métodos mucho más costosos como el de fracturación hidráulica. Igualmente, hay que considerar que por su condición "imperialista y guerrerista", EE-UU. vive una situación muy incómoda, pues corre el riesgo de perder fuentes de aprovisionamiento de combustibles y materias primas que históricamente consideró muy seguras. Algo que no le ha facilitado la Revolución Bolivariana, que defiende su soberanía, su autonomía y solicita condiciones de respeto a su política interna; que a su vez promueve fórmulas de integración que se sostengan sobre la voluntad de los pueblos, y en lo que al petróleo se refiere, Venezuela solicita a EE.UU. condiciones de respeto a las organizaciones y países que protegen sus fuentes energéticas y, además del respeto a las situaciones normales de mercado.

El futuro de la globalización se decide en Venezuela. A pesar de las sanciones económicas y apoyo financiero a la oposición venezolana -, el Gobierno bolivariano sigue firme con la ayuda aparentemente invisible de Rusia y China que no permiten a Washington derrocar al chavismo. Venezuela es la clave en el actual ajedrez geopolítico donde Rusia y China están desafiando la autoproclamada posición de EEUU como la hegemonía del planeta, combinando la ayuda económica al modelo bolivariano con la presencia industrial militar en el país.

De acuerdo a observadores independientes es costumbre oír, como un tema casi natural, que EEUU usa las guerras para revitalizar su economía. ¿Es esto cierto? Y de serlo ¿Cómo funciona esta lógica y dinámica? Por lo que hay que estar atentos para averiguar quiénes promueven la guerra y quiénes suministran los equipos y logísticas para las mismas. Cuáles son las economías que se dinamizan con este comportamiento