El Gobierno ofreció una recompensa de 100.000 pesos por cualquier información que se brinde sobre el paradero del General Eduardo Alfonso, quien pese a ser herido en combate en un procedimiento antisubversivo en 1977, y despertar seis meses después en el Hospital Militar, ahora es considerado responsable de los resultados de aquella acción que estuvo a un paso de costarle la vida.
El militar había sido sobreseído oportunamente por la Camara Federal de San Martín que aceptó los argumentos de sus defensores. Alfonso, como teniente primero, y 29 años, integraba una patrulla militar y fue herido gravemente en las operaciones de captura de un comando guerrillero. En su descargo ante los magistrados, el militar, que ascendió al generalato en plena democracia, dijo desconocer lo que pudo haber ocurrido entonces, cuando un balazo disparado por uno de los subversivos, lo alcanzó de lleno y lo derribó desde un techo.
El despacho oficial del Gobierno, publicado en el sitio oficial de la Presidencia de la Nación , adolece de varias inexactitudes, entre ellas la de ubicar al militar con el cargo de Secretario General del Ejército “durante la última dictadura” expresa textualmente: