Carta de Lectores publicada en www.lanacion.com.ar

Fui testigo presencial de cómo la llamada justicia militante destrató a los presos por los mal llamados delitos de lesa humanidad. En 2009 el Tribunal Federal Penal de San Luis “juzgó” al entonces comisario Becerra, quien padecía demencia vascular, un profundo deterioro cognitivo, era dializado día por medio, estaba edematizado en ambas piernas, lo que obligó a la amputación de ellas.

Pese a ello y sin tener Becerra capacidad para estar en juicio y poder defenderse, el tribunal en su afán de condenarlo puso una cama en una habitación contigua a la sala de audiencia, lo acostó, le puso en la almohada un parlante para que Becerra escuchara el debate. Poco les importó a los jueces que fuera incapaz de defenderse, durmiera y tuviera que ser evacuado de emergencia varias veces al Hospital Regional. Para culminar su obrar y ocultándolo, el tribunal intentó armar en el hospital un “anexo” a la sala de juicio, lo que fuera abortado por los médicos tratantes ya que eran inocultables las condiciones físicas en las que se encontraba. Becerra falleció el 14 de mayo de 2009, con sus piernas amputadas y en grave estado de septicemia, siendo condenado a prisión perpetua sin haber declarado. Luego de ello, el tribunal ordenó su inmediata cremación para ocultar los tormentos a que fuera sometido por los jueces militantes, ignorando a su familia y sometiéndolos a un dolor sin fin. Por estos hechos el Estado Argentino fue denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y recibida la denuncia, esta comisión, como era de esperar, en complicidad, nunca investigó nada y la cajoneó.

¿Derechos humanos para quién? Respuesta: derechos humanos y garantías sólo para los terroristas y militantes del odio.

María Inés Lamolla

DNI 6.718.699