En este 50° aniversario de los dolorosos sucesos acontecidos en el Regimiento de Infanteríade Monte 29 de Formosa del Ejército Argentino, deseo hacerme presente con ustedes, aunque nopueda acompañarlos físicamente.

Quiero pedirle confiadamente al Señor de la historia, porque nos sentimos heridos y agobiados,que nuestra historia sea mirada en su totalidad, con verdad, para que allí donde hubo sufrimiento einjusticia podamos encontrar el camino de la justicia y de la paz. Como dice el salmo: “la justicia yla paz se abrazarán” (Salmo 85,11).

Hoy recordamos especialmente a los jóvenes soldados que dieron su vida, entre ellos al conscripto Hermindo Luna, cuya firmeza se resume en aquellas palabras que resuenan hasta hoy: “Aquí no se rinde nadie”. Ese mismo espíritu queremos hacer nuestro en este tiempo de la historia argentina: no rendirnos en la búsqueda de la justicia, de la verdad, de la paz social, de la amistad fraterna y de la reconciliación.

Soñamos con una patria donde nunca más reine la violencia ni el enfrentamiento entre hermanos.

Como nos recordaba el Siervo de Dios, el Coronel Argentino del Valle Larrabure: “las armas no están para matarnos entre hermanos”.

Quiero enviar una bendición especial a todas las familias que sufrieron pérdidas en aquellos años difíciles de nuestra historia. A unos y otros, de un lado y de otro, porque toda vida, don de Dios,merece respeto desde su inicio hasta su fin.

Confiados en Dios, recemos la Oración por la Patria:“Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Nos sentimos heridos y agobiados. Precisamos tu alivio y fortaleza. Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común. Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz. Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda.”

Que el Señor nos conceda la gracia de transitar nuestra historia con verdad, para que, aprendiendo de ella, no repitamos nunca más los hechos de sufrimiento e injusticia que nos enlutan a todos.

Rezo por cada uno de ustedes y les envío mi bendición”.