El Gobierno de Cuba autorizó el 18 de marzo pasado el desembarco de 682 pasajeros y 281 tripulantes que viajaban en el crucero británico MS Braemar, que permanecía atracado en el puerto de Mariel, a 56 kilómetros al Oeste de La Habana. A bordo había 5 personas diagnosticadas con COVID-19; y además 53 sospechosos, varios de ellos en aislamiento. No se le permitió atracar en ninguno de los puertos del Caribe, a los que le había solicitado la entrada, por lo que las autoridades británicas habían solicitado ayuda a Cuba y de los EE.UU. para asistir a los contagiados con el virus. Solo Cuba accedió.