República Argentina: 8:35:17pm

He leído la carta del fraile dominico José María Cabrera. Coincido con su opinión sobre lo irrelevante de centrar la discusión del tema de los desaparecidos en una cuestión de un número: cualquiera que se quiera apuntar es lo suficientemente grave y doloroso para todos y en especial para las personas y familias involucradas.

A mediados de 1963, el Ejército Guerrillero del Pueblo, al mando del “Comandante Segundo” Jorge Masetti, se instaló en la zona de Orán, Salta. A mitad del año siguiente, habían fracasado. Los cuerpos de Masetti y de otro guerriller jamás fueron hallados. El comandante de Gendarmería Ángel Ricardo Cerúsico, a sus 80 años, recuerda cómo terminaron con aquella incipiente amenaza. Un relato donde las armas no fueron las principales protagonistas, sino el hambre. 

El martes pasado fue el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. Durante los 74 días que duró el conflicto, los soldados, en su mayoría jóvenes conscriptos con poco entrenamiento y escasa experiencia que fueron forzados a participar en una guerra imposible de ganar por un gobierno militar, debieron enfrentarse a las inclemencias de un clima frío y hostil, pero también a la escasez de alimentos, de recursos y a un armamento anticuado que tenía un funcionamiento deficiente.

Recientes informaciones periodísticas dan cuenta de la intención, por parte del Reino Unido de Gran Bretaña, de ampliar, de manera unilateral, su zona de explotación pesquera alrededor de las Islas Malvinas, ocupadas ilegalmente por el gobierno británico.

 

Señor director: Luego de pasadas las conmemoraciones falaces del 24 de marzo de 1976 (momento en el que, entre otras cosas, pretenden mostrarnos como paradigmas a una parte de la generación del 70, desnortada por soberbia y por estolidez) quiere el almanaque enfrentarnos a un genuino día fasto: el 2 de abril, día emblemático de la gesta de Malvinas.

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