República Argentina: 11:40:17pm

A propósito del traslado del monumento al general Roca en Bariloche por supuestas presiones de grupos mapuches,

En el libro titulado El furor y el delirio, en la página 275, Jorge Masetti (agente de los servicios cubanos en la Argentina de 1970) escribe: “Por suerte no ganamos, porque hubiéramos matado a todos los militares”.

En primera persona, Juan Manuel de Rosas recuerda que antes de la de Julio A. Roca, hubo otra campaña al desierto, la que hizo él en 1833. Cuáles eran sus propósitos de conquista, sus ambiciones y, mientras le hacía la guerra al indio, su paciente labor por encaramarse en el poder con la suma del poder público.

Nos referíamos ayer a la decisión del intendente de Bariloche, Gustavo Gennuso, de trasladar la estatua del general Julio Argentino Roca, ubicada en el Centro Cívico de Bariloche, a una barranca más cercana al lago Nahuel Huapi en la que ya se ubica otro conjunto escultórico.

Desde hace 20 años, cuando se reabrieron las causas fenecidas por hechos ocurridos hace medio siglo durante la guerra revolucionaria de los 70, el Estado argentino decidió someter a los acusados al desamparo de los derechos mínimos fundamentales, creando un sistema paralelo y discriminatorio negándoles los derechos que se le reconoce a cualquier otro justiciable.

El Gasoducto Néstor Kirchner, la empresa Aerolíneas Argentinas y las inversiones de YPF en Vaca Muerta han sido utilizados por el Gobierno para hacer publicidad previa a las elecciones. El mensaje en común es la soberanía, como máximo atributo de la nacionalidad. Y, en la Argentina, soberanía es sinónimo de Patagonia.