Definió para Nuevo Diario que “la situación general del país, está dominada por la conflictividad política, necesidades sociales y expectativas de una mejor economía que permita disminuir el alarmante porcentaje de la pobreza, no dejan percibir con claridad el afianzamiento y expansión del crimen organizado, particularmente el narcotráfico, fronteras adentro del país”.
Entendiendo que existe una falta de voluntad política, reflejada en la ausencia de políticas de estado y planificaciones serias para enfrentar decididamente al problema. La “falta de voluntad política” alude no solamente a la omisión, falta de acción y garantismo del poder ejecutivo sino también a las responsabilidades omitidas y quebrantadas de los otros dos poderes: legislativo y judicial.
“Aún peor fue la falta de eficiencia y eficacia de las gestiones gubernamentales en combatir el delito mientras que las organizaciones criminales son creadas, desarrolladas y se expanden con gestiones exitosamente planificadas y muy eficaces para sus operaciones ilegales, muchas veces sostenidas por la corrupción”, enfatizó Cabral.
Donde la marcada debilidad de la seguridad fronteriza, que se ha ido agravando paulatinamente en las últimas dos décadas, producto del desmantelamiento de los dispositivos de las Fuerzas de Seguridad, para afectarlas a la Seguridad Ciudadana en los Centros Urbanos del país, han contribuido al decaimiento del control estatal en las zonas críticas.
La actualidad
La principal señal positiva, que advierte el ex director Nacional de Antidrogas de Gendarmería, que se visualiza en la actualidad, es la decisión para enfrentar el problema, lo que en primera instancia se traduce en la coordinación y apoyo a las provincias en materia de seguridad, como así también coordinación con los jueces, fiscales y conducción, apoyo y revalorización del servicio que ejercen las Fuerzas de Seguridad y Policiales.
Lo expresado se aprecia en la ejecución del Operativo “Bandera”, cuyos primeros resultados fueron informados recientemente por la Ministro de Seguridad de la Nación y el Gobernador de la Provincia de Santa Fe, indicándose como principales avances en lo que va del año una disminución en la ciudad Rosario del 59 por ciento de las “balaceras” y el aumento del 500 por ciento de drogas decomisadas en esa ciudad.
“Son muy loables los resultados alcanzados, sin embargo, debemos señalar que ese operativo comprende a la ciudad de Rosario que ciertamente concentra gran parte de la preocupación por el avance narco, pero existen varios territorios que presentan similares características delincuenciales, como la región AMBA y Córdoba”, enfatizó.
Profundizando aún más, y del análisis geopolítico actual referente a las organizaciones narcos, afirmó que “el principal escenario narco se ha ampliado al triángulo comprendido por los vértices de Santa Fe-Córdoba-AMBA, ya que esas organizaciones buscan colocar sus cargamentos lo más próximo a los puertos de embarque hacia los mercados consumidores#.
Aclarando que, además, se intensifico la utilización de rutas que desde Perú y Bolivia recorren en forma paralela la Cordillera de los Andes para llegar a la Patagonia y desde allí exportar la droga por los puertos del Atlántico o Pacífico, a través de Chile.
Así recordó que, en el pasado mes de julio, se realizó el Operativo “Infierno Blanco” en la localidad de Caviahue (Neuquén) que permitió incautar más de 780 kilogramos de cocaína y desbaratar a una banda narco internacional.
Debilidad en hidrovía y espacios aéreos
Otra debilidad del control estatal se extiende al ámbito fluvial, siendo la Hidrovía Paraná-Paraguay muy utilizada para el contrabando de grandes cantidades de drogas y otras mercaderías ilegales (últimamente los cereales y granos que procuran evadir los impuestos al sector productivo), situación ésta que se ve favorecida por la dificultad para armonizar los controles conjuntos con los distintos actores que tienen jurisdicción en la Hidrovía. Opinó Jorge Cabral.
También, el espacio aéreo escapa al control estatal, ya que los Transportes Aéreos Irregulares (TAIS) continúan operando desde hace varios años con total libertad, producto de la ausencia de legislación específica y de un esquema de control aéreo, sea en las fronteras o en el interior del país. Esto es comprobable con los cargamentos de drogas incautados en zonas del interior del país, los que llegaron allí mediante la utilización de la modalidad aérea, como así también la incautación de aeronaves narcos en las provincias de Chaco y Corrientes, las que tuvieron que ser abandonadas por sus tripulantes luego de sufrir accidentes o desperfectos en las maquinas, una de esas aeronaves fue abandonada en plena Ruta Nacional 12.