En ocasión de la crisis internacional desatada en 1978, el Ejército convocó promociones completas de subtenientes de reserva graduados de los, por entonces, cinco liceos militares. El ex vicepresidente Cobos es un ejemplo conocido. ¿Cuántos guardiamarinas de reserva egresados del único liceo naval de aquella época llamó a filas la Armada en la emergencia? El capital humano invertido por el Estado a través del Ejército parece haber rendido frutos. ¿Puede decirse lo mismo del esfuerzo en términos de oficiales propios que la Armada invirtió para formar guardiamarinas de la reserva naval? Por otro lado, el editorial resalta la extensa lista de profesionales destacados que egresaron de todos los liceos. Aunque podría decirse lo mismo de tantos colegios secundarios públicos y privados de nuestra república. Por ejemplo, de aquellos en los que estudiaron Carlos Saavedra Lamas, Bernardo Houssay, Luis Leloir, César Milstein y Jorge Bergoglio.
Volviendo al objetivo de formar reservistas, si surgiera una nueva crisis internacional, el Ejército nuevamente convocaría subtenientes de reserva. ¿La Armada llamaría a los egresados de los liceos navales? ¿O citaría a oficiales retirados, como procedió en aquella ocasión? Surge entonces la pregunta central; ¿es razonable continuar destinando recursos humanos navales escasos para obtener apoyo político en la sociedad civil en el futuro? Tal vez podrían fundarse liceos náuticos –solventados con recursos privados– en Mar del Plata, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia y Ushuaia.
Creo pertinente señalar que tengo el honor de haber portado durante un lapso breve la bandera argentina como cadete del Liceo Militar Gral. San Martín –antes de mi ingreso en la Escuela Naval– y de haber sido el jefe de navegación de la corbeta ARA Drummond durante 1982.
Alberto H. Messidoro
DNI 11.615.157