República Argentina: 4:20:00pm

Por Luis Fernando Furlan* publicado en www.perfil.com

La celebración de un nuevo aniversario del Día de la Armada Argentina, el próximo 17 de mayo, invita a recordar el año de 1814, cuando al mando de Guillermo Brown el entonces Virreinato tuvo su primera fuerza naval que sitió Montevideo y diezmó las naves españoles.

La Revolución del 25 de mayo de 1810 inició el proceso independentista en el entonces Virreinato del Río de la Plata, que luego habría de extenderse por buena parte de América del Sur. Sin embargo, aquellas ideas fueron rechazadas por la Gobernación de Montevideo, importante bastión de resistencia realista, donde los marinos del Real Apostadero Naval sostenían con firmeza la causa española, impidiendo que Buenos Aires extendiera allí su autoridad.

Durante los sitios terrestres impuestos por los gobiernos de Buenos Aires a Montevideo (1811-1814), la escuadra española mantuvo viva la resistencia, dominando las aguas dela Cuenca del Plata y asegurando el ingreso de víveres y refuerzos. Montevideo se constituía así, en la puerta de entrada a una posible contraofensiva española.

En 1813, el panorama para las Provincias Unidas del Río de la Plata era crítico. El sitio a Montevideo continuaba sin definiciones; los realistas avanzaban en Alto Perú y Chile; y España, libre de Napoleón, alistaba expediciones para recuperar sus posesiones americanas y sofocar los movimientos revolucionarios. En ese contexto, Montevideo era una amenaza latente, pues desde el Real Apostadero Naval, los españoles podían lanzar ataques que, en combinación con los demás frentes realistas, terminarían asfixiando y sometiendo a Buenos Aires.

La solución era una: quebrar el dominio naval realista. Para ello, las Provincias Unidas del Río de la Plata formaron una fuerza naval, que quedó lista a principios de 1814. Para conducir la flamante escuadra, fue designadoel marino irlandés Guillermo Brown, un activo comerciante en el Río de la Plata instalado en Buenos Aires desde principios de 1810, que simpatizaba con las ideas revolucionarias y que poseía una gran experiencia marinera.

El 15 de marzo de 1814, Brown tomó la estratégica isla Martin García, y el 20 de abril bloqueó Montevideo. Rodeada la ciudad por tierra y agua, pronto el hambre y las enfermedades comenzaron a diezmar a la población. La crítica situación obligó a la escuadra realista a una desesperada salida para recuperar la iniciativa en el Plata.

Para definir las operaciones, Guillermo Brown engañó a los españoles simulando retirarse y así lograr sacar al enemigo aguas afuera, lo suficientemente lejos del puerto como para cortar su escape. No se trataba de librar combate de inmediato, sino atraerlo a una posición alejada y desventajosa respecto a Montevideo.

Los españoles cayeron en la trampa, y Brown persiguió a la escuadra hispana que, evitando combatir, regresaba al puerto de Montevideo. Durante el 16 de mayo, la escuadra de Brown alcanzó la retaguardia enemiga, se metió como una cuña entre los buques españoles y capturó tres naves.

El 17 de mayo de 1814 se libró el combate decisivo. En plena confusión, los restantes buques españoles intentaron volver a Montevideo: algunos fueron capturados; otros chocaron contra la costa y fueron destruidos por sus tripulaciones; y unos pocos lograron salvarse. La escuadra realista, hasta entonces dueña del Plata, había sido derrotada.

Cerrada toda vía de abastecimiento, privada de recursos para subsistir, aislada de apoyo exterior y sin moral ni motivación para luchar, Montevideo finalmente capituló el 23 de junio de 1814, lo que marcó el fin de la presencia hispana en el Río de la Plata.

La pérdida de Montevideo dejó a España sin bases navales en el Atlántico Sur"

El futuro Almirante Guillermo Brown señaló que “la victoria fue completa. Desde ese momento, los españoles abandonaron todo esfuerzo por mar. Esta fue la más importante conquista por las armas de la República, pues no sólo afianzó su independencia, hasta entonces precaria, hallándose Buenos Aires amenazada por fuerzas realistas, sino que indujo a los españoles a abandonar su proyectada expedición al Río de la Plata”.

La pérdida de Montevideo dejó a España sin bases navales en el Atlántico Sur, lo que obligó a la gran expedición del general Pablo Morillo, destinada originalmente al Río de la Plata, a desviarse hacia el norte de Sudamérica. Así se salvó el proceso abierto por la Revolución de Mayo y nuestra independencia.

En 1960, por Decreto N° 5304, el gobierno nacional reconoció la trascendencia de aquel combate naval, e instituyó el 17 de mayo como el Día de la Armada Argentina"

El combate naval de Montevideo tuvo dimensión americana, ya que fue clave para el plan sanmartiniano de emancipación continental.

Asegurada la retaguardia rioplatense, el general San Martín organizó con tranquilidad el Ejército que cruzaría la Cordillera de los Andes para lograr las independencias de Chile y Perú;él mismo reconoció que la toma de Montevideo fue “lo más grande que hasta el momento ha hecho la Revolución Americana”.

En 1960, por Decreto N° 5304, el gobierno nacional reconoció la trascendencia de aquel combate naval, e instituyó el 17 de mayo como el Día de la Armada Argentina, “fecha gloriosa en los fastos navales de la República, por corresponder a la consolidación de los principios de la Revolución de Mayo con la terminante victoria naval de Montevideo”, tal como se expresó en su Artículo 1°.

Aquella fecha conmemora un acontecimiento histórico clave que contribuyó a la independencia argentina e hispanoamericana; además, constituye un incentivo para reflexionar sobre la importancia de la Armada como un instrumento fundamental para defender la soberanía y, a la vez, para promover el desarrollo de los múltiples intereses nacionales vinculados al rico patrimonio marítimo y fluvial y a la proyección antártica de nuestro país.

* Magíster en Defensa Nacional y profesor de Historia de UADE

 


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