Por Pedro Molina publicado en www.nationalgeographic.com
Todos los detalles sobre este dispositivo imperceptible en muchas ocasiones ocasiones para el ojo humano y, lo que es peor, para el sistema de radares.
La expresión “¡quién pudiera ser una mosca!” para escuchar conversaciones ajenas está más cerca de ser una realidad. Pero no precisamente para el cotilleo en una conversación cualquiera. En China están desarrollando el dron más pequeño del mundo para ver y escuchar sin ser vistos. Mide 2 centímetros, según informó uno de los investigadores en el programa de tecnología militar de la señal estatal CCTV.
El objetivo es utilizarlo en operaciones militares o en misiones secretas de reconocimiento. La gran virtud de este microdrón es que por su insólito tamaño se vuelve imperceptible para los radares y para las personas. Uno de los objetivos que han buscado es que pueda perderse en el aire sin ser detectado.
El pequeño dron que es un espía chino
Ahora habrá que esperar si los sistemas de radares evolucionan también para identificar objetos tan pequeños. China tiene un laboratorio militar que desarrolla algunas de las tecnologías más avanzadas del mundo. Esta vez, uno de los investigadores de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa en Hunan, Liang Hexiang, fue quien presentó este impresionante elemento de vigilancia:
"Los robots en miniatura como este son especialmente adecuados para el reconocimiento de información y misiones especiales en el campo de batalla", dijo a CCTV en declaraciones que destacó el diario oficial South China Morning Post.
Hasta el momento, la única información oficial es el reporte de la televisión estatal en el que se muestra al dron en miniatura con sus dos alas, pero se desconoce las probabilidades de éxito de sus vuelos. El futuro avanza en el desarrollo de dispositivos cada vez más pequeños. Hasta hace poco habría sido imposible pensar en un elemento con cámara, micrófono y una batería en dimensiones tan reducidas.
La noticia ha generado sorpresa y preocupación en todo el mundo. Por un lado, se trata de un admirable avance científico y, por el otro, de una amenazante herramienta en un contexto de inestabilidad geopolítica. En los últimos años, China ha apostado por la “Low-altitude economy” (economía de baja altitud), nombre con el que se conoce al desarrollo de dispositivos militares a menos de 1.000 metros de altura.
La economía de baja altitud
En 2023 esta incipiente industria tenía un valor de 70 millones de dólares en China y será de 280 mil millones en 2030, según cifras del ministerio de Ciencia y Tecnología de la Información del país. “China está entrando en una etapa de muy rápido desarrollo”, explicó Song Zhiyong, jefe de Administración de Aviación. Este exponencial crecimiento también incluye el desarrollo de taxis voladores, aeronaves eléctricas para entrega de paquetes y dirigibles.
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Hasta el momento existían dos desarrollos equivalentes. El micro-UAV noruego Black Hornet pesa 1,3 kilos y es implementado por diferentes ejércitos, incluido el estadounidense. Tiene una autonomía de hasta 25 minutos. Está pensado para el uso exclusivo militar con tecnología infrarroja para observación terrestre en imágenes de alta resolución durante el día y la noche. Si bien reduce las distancias y es muy silencioso, este sistema de identificación de personas es menos discreto que el “mosquito chino”.
El otro antecedente es Robobee, un dron de 3,4 centímetros, que además puede bucear, pero ha sido desarrollado por la Universidad de Harvard con otros fines. Todavía continúan trabajando en mejoras técnicas y no está disponible.