Carta de lectores publicada por www.lanacion.com.ar
El doctor Jaime Smart cumple mañana 90 años y está preso. Pesan sobre él cinco cadenas perpetuas, y ninguna esta firme, pero ello no importa, hace veinte años que está preso.
Todas las causas derivan de una misma imputación. Con seguridad se trata de un caso excepcional en la historia judicial argentina. Es blanco de la más infame venganza y odio por haber sido Juez de la Cámara Federal en lo Penal, Tribunal creado en 1971 para intervenir en los delitos aberrantes que a diario cometía el terrorismo marxista que asolaba nuestro país. Ese Tribunal estuvo integrado por jueces distinguidos e intachables que ajustados a la ley y al debido proceso encarcelaron a más de 2000 cabecillas de las bandas asesinas, que luego fueron liberados por aclamación en una vergonzosa sesión de un Congreso de infeliz memoria. A partir de allí retomaron las armas y devino el baño de sangre de los años posteriores. El doctor Smart y los más de 2500 presos políticos, son víctimas de jueces corruptos, sicarios de una política de venganza, en el marco de falsos derechos humanos que sustituyeron al Derecho verdadero, a partir del espurio pacto entre Kirchner y Verbitsky. Estos jueces saben que se valieron y lo siguen haciendo, de juicios circenses para procesar y condenar a militares, civiles y fuerzas de seguridad por hechos ocurridos hace 50 años. Ya han muerto 950 en cautiverio. Este gigantesco prevaricato, el más grande de la historia jurídica de todo occidente, explica esta brutal tragedia que es la actual ausencia de Justicia.
Alberto Solanet
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