República Argentina: 4:48:49am

El trabajo de analistas internacionales,  revela que Turquía, es hoy el aliado enojado de la OTAN,   desmenuza,  por qué está en contra del ingreso de Suecia y Finlandia, a la alianza Occidental y exhibe  las deterioradas relaciones actuales entre UE –EE.UU -y Turquia.
Erdogan, dijo que no tenía una “opinión positiva” sobre los ingresos y señalo que estos países recibían a militantes kurdos proscritos, dejando la sospecha, de un supuesto apoyo a actividades terroristas. Cree que habría redes de financiación del PKK en Suecia. Hubo reuniones públicas con miembros del YPG, la rama siria del PKK…, dice Soner Cagaptay, director del programa de Turquía en el Washington Institute for Near East Policy y autor del libro sobre Erdogan 'A sultan in autumn'. El YPG es aliado de EE.UU. en Siria en la lucha contra ISIS a pesar de las denuncias de Ankara. Molestó a Turquía que Washington levantara las sanciones en el Norte del país, muchas de ellas controladas por las fuerzas kurdas.
 
El gobierno turco señaló a Washington por  supuesto apoyo al PKK y a su rama siria,  – YPG, por sus siglas kurdas – también empleadas para la ocupación oriental de Siria luego de la destrucción de Daesh, una organización terrorista considerada enemiga por Irán, Turquía y Rusia. Finlandia y Suecia pretenden ingresar, el presidente ruso Vladimir Putin pretende impedir el crecimiento de la OTAN y lanzó su ofensiva en Ucrania en protesta contra una posible expansión de la alianza hacia sus fronteras.
Erdogan lanzó  en 2019 una ofensiva contra estas fuerzas y  países europeos, entre ellos Suecia y Finlandia, impusieron un embargo a la venta de armas.
Kerim Has, analista turco, cree, sin embargo, que la cuestión del terrorismo,   es solo una “posición retórica” para abrir una negociación en otros ámbitos. “Es de sobra conocido que hay muchas figuras turcas y kurdas de oposición en otros países de Occidente e incluso EE.UU. coopera directamente con esos grupos armados kurdos en Siria y ello no impide a Erdogan seguir apoyando a la OTAN”.
Suecia y Finlandia, y otros países europeos, refugiaron a integrantes del Movimiento Gülen, que Turquía califica de organización terrorista y lo acusa del intento de golpe de Estado de 2016. Turquía cuenta con el segundo ejército más grande de la OTAN, tuvo roces con otros integrantes y esa independencia le permitió actuar como mediador (fracaso de negociación), entre Rusia y Ucrania. 
El ingreso de Suecia podría ser bloqueado por Turquía y Hungría. El primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, dijo que Suecia ni puede, ni quiere cumplir algunas exigencias de Turquía al pedir endurecimiento  respecto a activistas kurdos que han encontrado refugio en esos países.
Soner Cagaptay, director del programa de Turquía en el Washington Institute for Near East Policy y autor del libro sobre Erdogan 'A sultan in autumn' sostuvo “Tras el intento de golpe en 2016, Erdogan se sintió solo y sus aliados de la OTAN tardaron meses en contactar con él. Putin se adelantó y llamó a Erdogan tan solo un día después y la primera visita de Erdogan al extranjero después del golpe no fue a un socio de la OTAN, sino a Rusia”. Este también cree, que el intento de golpe marcó un antes y un después en la relación de Turquía con la OTAN. 
Tensión entre los aliados que ahora no son tanto
 
Lo ríspido con la OTAN-EE.UU. se dio por la compra de Ankara (2019)  de misiles antiaéreos rusos S-400. Cuando anunció la intención de comprar un nuevo lote, EE.UU. prohibió la adquisición de los cazas F-35, en cuya fabricación también iba a participar. 
Creen que el veto a Suecia y Finlandia,  busca levantar la prohibición a compra los cazas. “Tras el intento de golpe de estado en 2016, ocurrió una purga en las FF.AA. y denuncian que fue una eliminación de los más cercanos a la OTAN. 
 
Se tensan las relaciones
Ocurrieron  dos hechos. El primero, dos soldados fueron muertos y otros dos heridos en un conflicto con terroristas en la región de la Operación Garra-Cierre (Pençe Kilit) contra la organización terrorista separatista PKK en el norte de Irak. 
El segundo hecho, la explosión en Estambul (noviembre del 2022), cuando una bomba mató a seis personas y  dejó 80 heridos (calle Istiklal, atribuido al Partido de los Trabajadores Kurdos PKK, por sus siglas en kurdo, proscrito en Turquía por terrorista).
Estados Unidos, aliado de Turquía, supuestamente ha apoyado al PKK y a su rama siria, las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas kurdas), como se indica más arriba.
Por este apoyo al separatismo kurdo, el titular del Ministerio del Interior de Turquía, Suleyman Soylu, rechazó las condolencias de Washington tras la detonación en Estambul, recordó el especialista Yusuf  Erim.
El profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales Hasan Unal, de la Universidad de Maltepe, en Estambul opino que: " En Turquía hay un sentimiento público antiestadounidense de dimensiones inmensas… “. El catedrático considera, que el pueblo turco se encuentra muy furioso y frustrado. "Las relaciones turco-estadounidenses están particularmente tensas en cualquier nivel…” 
Mirando a las elecciones de junio movilizara a sus seguidores con un discurso anti occidental, ya que  esta en baja su popularidad, y esto también tensara las relaciones con Occidente.
Según John Bolton,  el ex asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, (art. en el diario británico The Telegraph), la condición de miembro de Turquía en la OTAN debería reconsiderarse si el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, vuelve a ganar las elecciones presidenciales de este año. El ex diplomático norteamericano hacia referencias a las enmiendas introducidas en la Constitución turca tras un controvertido referéndum, cuyos resultados anularon los dos primeros mandatos del mandatario turco, permitiéndole postularse por tercera vez.   
Ankara se negó a apoyar las sanciones impulsadas por Estados Unidos contra Moscú,  a la vez limito la ayuda militar a Kiev. Incluso se mostró neutral en el conflicto, e intento mediar por la vía diplomática.
Alemania decidio unilateralmente retirar sus tropas de Turquia 
 
Las desavenencias entre dos viejos aliados 
 
A las disparidades, entre Turquía y los Estados Unidos, se agregó la Unión Europea,  cuando conoció  la decisión del gobierno turco de girar su política exterior, impulsando la doctrina de la profundidad estratégica. 
El fallido golpe del 15 de julio del año 2016,  para algunos,  digitado desde Washington para advertir, que no avanzara  pasos cuestionados por EE.UU., y para otros, un autogolpe para fortalecer su poder. El Gobierno turco, mira con interés político y económico otras regiones. Intensifico contactos con China, la Federación Rusa y la República islámica de Irán, llamando incluso al diálogo para promover el mejoramiento de relaciones con Siria. Internamente realizo una purga de políticos, militares, intelectuales, medios de comunicación, organizaciones sociales, acusados de actuar supuestamente, en el proceso para derrocarlo. Erdogan fortaleció su posición con masivas manifestaciones, críticas a occidente y amenazas de restablecer la pena de muerte e incluso salir de la OTAN.  Tuvo disputas con Washington y Bruselas al inicio del conflicto Rusia Ucrania.
La política de profundidad estratégica, doctrina de geopolítica desarrollada por el ex ministro de relaciones exteriores de Turquía (2009-2014) y Primer Ministro hasta el año 2016, Ahmet Davutoglu, incorpora a sus prioridades diplomáticas las relaciones de cooperación y buena vecindad con países árabes y musulmanes de Asia Occidental y Asia Central, así como los Balcanes y el Cáucaso Sur. Hay un desencanto con la UE. El protagonismo de Ankara, resulta controvertido e inquietante para Washington, como también el acercamiento a Irán, el diálogo con Hamás y la revisión de los tratos con Israel. Un cambio de paradigma, calificado neo-otomano, no conlleva, necesariamente, un cuestionamiento de la identidad occidental y europea de este país, según el autor de la teoría política.  
Para los analistas, Turquía, cada día mira más al Este y se distancia de Occidente; se coloca en el ojo crítico de Washington, cuando percibe posibles alianzas con Rusia y China. Las cancillerías europeas  tratan de socavar estas relaciones.
 
Un futuro incierto de Turquía en la OTAN
 
Cada vez más alejada de la Alianza, Turquía está creando incomodidad en sus socios occidentales, pero difícilmente será invitada a retirarse
Su estrategia en el conflicto sirio, su acercamiento a Rusia con la adquisición del sistema antiaéreo S-400 y su deseo de proyección en el Mediterráneo oriental, donde está lesionando intereses de Grecia, han llevado en los últimos pocos años a Ankara a una continua fricción con la OTAN. Es valiosa su situación geográfica  y sus FF.AA. son la segunda más numerosa de la Alianza.
Las relaciones entre la Alianza Atlántica y Turquía no pasan por el mejor momento. La doctrina del neo-otomanismo ha ganado terreno entre los artífices de su política exterior. Turquía busca ahora explotar al máximo su posición como puente entre la civilización Occidental y la Oriental, a la vez que gana influencia entre sus Estados adyacentes y se perfila como el estabilizador de Oriente Medio.
 
En síntesis 
 
Los analistas internacionales en este informe llegan a las siguientes conclusiones:
Es obvio que las relaciones entre Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea se han venido degradando  durante los últimos años. El intento del golpe de estado del 15 de julio de 2016, lo demuestra. 
Ankara intensificó relaciones  con Moscú y Pekín, entre otras naciones.
Hay contradicciones entre Turquía con Grecia, a pesar de que ambos países son miembros de la OTAN, que socaban las relaciones en la Alianza Occidental.
La oposición de Ankara a que Suecia y Finlandia se unan a la Alianza crea fricciones con el mundo Occidental
La política de profundidad estratégica, adoptada por Ankara, incorpora otras prioridades diplomáticas con países árabes y musulmanes de Asia Occidental y Asia Central, así como los Balcanes y el Cáucaso Sur lo cual genera una mirada inquietante para EE.UU. y la UE.
Es posible que este año, Washington intente de alguna manera interferir  en las elecciones turcas en búsqueda de la derrota de Erdogan.

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