República Argentina: 5:04:10am

La página Web del Instituto (norteamericano)  Cato www.cato.org, sostiene, entre otros, que “Los académicos de Cato buscan promover una mejor comprensión en todo el mundo de los beneficios de las políticas e instituciones liberales del mercado, la apertura y el compromiso en la economía global, y una política exterior basada en principios y restringida. Esos beneficios incluyen mejoras notables en el bienestar humano a medida que los países aumentan sus niveles de libertades económicas, civiles y personales. Por lo tanto, Estados Unidos debería comprometerse con el mundo, comerciar libremente y trabajar con otros países en asuntos comunes, pero evitar tratar de dominar el mundo militarmente.”

Jordan Cohen es un analista políticas públicas en el Instituto Cato y afirma que enviar a armas a Ucrania podría tener consecuencias no buscadas por la dificultad de monitorear el uso final de esas armas.

Antes del conflicto ruso-ucraniano, la administración  Biden brindo ayuda millonaria a Kiev. Se aprecia que hay urgencia por proveer armas a Ucrania, pero se carece de un monitoreo para evitar que están tengan otro destino no deseado.

Desde el 2000, Washington destina a Ucrania millones de dólares para armas y entrenamiento. Según Security Assitance Monitor, el apoyo americano, comenzó antes de la invasión rusa a Crimea en 2014. El Índice Mundial de Delincuencia Organizada de 2021, indica que Ucrania tiene uno de los mercados de tráfico ilegal de armas más grandes de Europa, especialmente de armas pequeñas y municiones. Entre 2013 a 2015, se reportaron como perdidas o robadas unas 300.000 armas pequeñas y ligeras. Solo se recuperó un 13%, y  se estima que circulan en el mercado negro. No se menciona el armamento importante: los sistemas de radar y los misiles Javelin.

Existen sobradas sospechas que en las transferencias hechas por Washington a Ucrania, fallaron los controles y monitoreo final o destino final de lo transferido.

El Inspector General del Departamento de Defensa de los EE.UU. sugirió realizar visitas de evaluación del cumplimiento, para los países identificados como de alto riesgo, que incluirían a Ucrania.

En tanto, la Directora Interina de la Agencia de Cooperación en Seguridad de Defensa (DSCA), Cara L. Abercrombie, señalo como impracticable (por falta de seguridad, conflictos de programación, falta de disponibilidad del personal, etc).

El Departamento de Defensa (DOD) solo ha podido monitorear el armamento importante: misiles Javelin, unidades de lanzamiento Javelin y dispositivos de visión nocturna. O sea, solo hay un monitorio parcial y casi exclusivo del armamento calificado como importante.

Para los estudiosos, resulta peligroso la fuga de armas desde  Ucrania a  América Central, donde el mercado negro es prolifero.  El segundo cambio necesario,  es darle mayor importancia a los Departamentos de Estado, Defensa y Comercio y con esto, mejorar sus programas de monitoreo y destino del armamento enviado.

La situación se vuelve más compleja, al no estar en el terreno, el Ejército estadounidense. Los EE.UU y la OTAN dependen exclusivamente de la información ucraniana.

El secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, que sostuvo: el Departamento de Defensa no asigna las armas que envía a unidades particulares: "Depende de los ucranianos determinar a dónde van y cómo se asignan dentro de su país". O sea el país del Norte entrega suministros (armas y dólares) y no hay monitoreo ni control para saber adónde terminan esas entregas: allí aparece una suerte de “agujero negro”.

Preocupa a Jordan Cohen, analista de defensa y política exterior del Instituto Cato, y se pregunta ¿a dónde irá a parar ese armamento cuando termine el conflicto…?

Actualmente, la situación se volvió más compleja, cuando la administración Biden entrego nuevos y modernos  armamento (helicópteros Mi-17, cañones Howitzer de 155 mm y 300 drones Switchblade), por citar algunos.

La artillería es una de las piezas que se derivan al mercado negro de armamentos.

Lo que saben los expertos es que los camiones cargados armas son recogidos  en Polonia y luego conducidos a Ucrania. A partir de allí el queda en manos ucranianas, quienes los distribuyen de acuerdo a su planificación. Washington allí pierde el monitoreo y control final del armamento suministrado, dicen los analistas en su informe.

De allí la  preocupación de congresistas por el destino de las armas transferidas a Ucrania. Varias fuentes indican que, Reino Unido ha distribuido más de 200.000, incluyendo 4.800 sistemas antitanque NLAW, y de misiles Javelin.

En abril último, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, anunció en Kiev que España duplicará la ayuda militar a Ucrania con un nuevo envío de 200 toneladas de equipamiento.

En 2017, la organización no gubernamental internacional Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) publicó un informe en el que afirmaba que Ucrania se había convertido en un «elemento clave», en una especie de «lavandería» a través de la cual las armas de los países de la UE encontraban su camino hacia los Estados africanos.

Según una fuente del canal de Telegram Nezigar, «entre el 15 y 20% de las armas van instantáneamente a los países del Norte, Oeste y centro de África, de lo que se ocupan los militares de esos países que han entrado en Ucrania bajo la apariencia de empleados de empresas militares privadas». Según los analistas,  el pago se realiza en criptomoneda y en efectivo.

El experto militar Drozdenko también cree que «una parte sustancial» de las armas suministradas a Ucrania, especialmente las armas portátiles han estado durante mucho tiempo en el mercado negro, que es «sencillamente enorme» y sólo es superado por la venta de drogas en términos de volumen.

También explico que  «Las armas de Ucrania pueden fluir a África y de ahí a Europa y Estados Unidos. Además, la mayoría de las armas podrían tener como destino otras zonas de conflicto como Irak, Siria y Libia, donde hay demanda de armas pesadas en cantidades lo suficientemente grandes como para que los traficantes del mercado negro se vean beneficiados». «Al armar a Ucrania EEUU ha violado los acuerdos de control de armas», agregó.

El fiscal general ruso, Ígor Krasnov, dio la voz de alarma. Moscú retiradamente advirtió que los países de la OTAN están «jugando con fuego».  Mike Wats, congresista republicano, integrante de la Comisión de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de EE UU: «Creo que es irresponsable destinar 40.000 millones de dólares en equipo militar que no sabemos cómo está siendo usado o dónde está. Me recuerda lo que hicimos en Afganistán cuando les dimos 80.000 millones que ahora están en las manos del enemigo».

Otra idea para monitorear el armamento viene de la Unión Europea, que impulsa crear un Centro de Apoyo para la Seguridad Interna y Control Fronterizo: organismo para prevenir y combatir el tráfico de armas enviadas a Ucrania.

También, el diario  The Financial Times había publicado que «existe bastante evidencia de que el equipo militar enviado desde EEUU a Ucrania (cuyo valor asciende a U$S 10.000 millones) circula en el mercado negro por falta de supervisión y vigilancia una vez que desembarca en Polonia».

Los estudios resaltan  las aseveraciones del representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, que afirmo: “Pese a la enorme cantidad de ayuda militar que recibe Kiev de países como EE.UU. y el Reino Unido, las armas occidentales "no juegan un papel decisivo en el campo de batalla".

Un blindado de gran capacidad es desviado a traficantes de armas en el mercado negro generado por lo prolongado de las hostilidades

Rusia solicito  una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, para abordar el riesgo que supone, para la paz y la seguridad internacional, el suministro de armas a Ucrania.

Los estudiosos creen que el bloque Occidental no respeto los tratados internacionales de armas, que exigen evaluar si las armas que se transfieren "pueden perjudicar a la paz y la seguridad".

Ante este cuadro, por primera vez militares estadounidenses en Ucrania realizaran inspecciones. Según un informe filtrado a la prensa, el presidente Joe Biden decidió enviar expertos  para inspeccionar los últimos sistemas de armas enviados por Washington.

En la misma línea, el representante republicano -por Texas- Michael McCaul, el líder más relevante dentro del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, ratificó la necesidad de una amplia fiscalización.

 

Washington pide armas a países Latinoamericanos

El presidente de Argentina Alberto Fernández afirmo: "Argentina y América Latina no piensan en mandar armamentos ni a Ucrania ni a ningún otro lugar en conflicto". La afirmación la  hizo en una conferencia de prensa con el canciller alemán, Olaf Scholz, que realizo una visita a América del Sur. Fernández notificó que su país no proporcionará armas a Ucrania para su confrontación con Rusia, y sostuvo que tampoco lo hará América Latina en general.

En Colombia, su presidente Gustavo Petro rechaza la propuesta de EE.UU. de entregar sus armas rusas a Ucrania. Petro, informó que Washington le pidió a Bogotá suministrar a Ucrania armamento de fabricación rusa.

En Brasil, el presidente, Luiz Inácio da Silva, rechazó suministrar a Alemania municiones para tanques que Berlín planea entregar a Kiev. Según fuentes consultadas por los analistas, el comandante del Ejército brasileño, Julio César de Arruda, (más tarde relevado), explicó al presidente  que el Gobierno alemán pagaría algo menos de cinco millones de dólares por un lote de municiones para sus tanques Leopard-1. El mandatario habría rechazado la oferta, argumentando que "no valía la pena provocar a los rusos", afirma el periódico Folha de S.Paulo.

 

El Tratado sobre el Comercio de Armas 

El Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), regula el comercio internacional de armas convencionales, desde armas pequeñas hasta carros de combate, aeronaves de combate y buques de guerra, entró en vigor el 24 de diciembre de 2014.Hay 81 Estados partes y firmaron 130 Estados. El Tratado sobre El Comercio de Armas fue aprobado por la Asamblea General de la ONU el2 de abril 2013.

Los controles inadecuados de las transferencias de armas generaron disponibilidad y utilización indebida generalizadas de armas. Genera consecuencias graves entre las que podemos citar: trastornos de las operaciones humanitarias y causa  ataques contra el personal de las Naciones Unidas y otras organizaciones humanitarias, que pueden atribuirse a un comercio de armas mal regulado.

 

En síntesis

En marzo de 2022, un experto en el campo de los estudios de política exterior de defensa de la ONG estadounidense Cato Institute (Washington) Jordan Cohen publicó un artículo que aborda el tema de la falta de control sobre las armas suministradas a Ucrania. Las armas y equipos militares enviados no llegan al personal militar de las Fuerzas Armadas de Ucrania, sino que debido a esquemas de corrupción caerían en manos de organizaciones criminales en Europa, Medio Oriente y África. Visto en este contexto, los participantes en la distribución de asistencia militar se convertirían en cómplices, ya que estarían armando a potenciales extremistas y o delincuentes, debido a la falta de control y monitoreo del armamento. Hay pocas perspectivas de mejorar  de inmediato, por la existencia de una supuesta la cadena de corrupción de “todos ganan”.

De conformidad con el derecho internacional, para la reexportación de productos militares a un tercero, es necesario obtener el permiso del fabricante, sea cualquiera el país del fabricante. Si es un fabricante occidental, hay que pedir permiso. Si el  armamento es ruso, como fue requerido por Washington a países latinoamericanos (Argentina-Brasil-Colombia) debe solicitarse autorización a la Federación Rusa, concluye afirmando el citado informe.


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