“Simpático y luminoso es el relieve que en los anales de nuestra historia guerrera le ha cabido a quien es tan conocido por su mote de Falucho o Negro Falucho, así como es ignorado por su nombre y apellido, que no eran otros que Antonio Ruiz”. Con estas palabras comienzas Marcos de Estrada la evocación de quien hace poco más de dos siglos ofrendó su vida, antes que traicionar a su bandera.