Artículo editorial
Por el doctor Enrique Guillermo Avogadro
El kirchnerismo no está acostumbrado a perder el dominio de la calle, que supo colonizar con el transporte de pobres que, a todas luces, ignoraban el motivo de la convocatoria pero asistían extorsionados y empujados por pagos en efectivo y en especie. El espectáculo de la gigantesca marcha ciudadana del lunes 17 en todo el país lo conmovió y la única respuesta del Gobierno, más allá de las habituales y patológicas descalificaciones de funcionarios y pseudoperiodistas militantes, fue doblar la apuesta y acelerar en pos de la rápida aprobación de una reforma judicial tras la cual la sociedad sólo ve la impunidad para Cristina Fernández y sus adláteres