República Argentina: 10:23:04am

Por Andrés Klipphan publicado en www.infobae.com

El avión despega desde El Palomar. Se trata de una Operación de Protección Civil de Asistencia Humanitaria denominada “Mano Amiga”. Cancillería había ofrecido la ayuda el lunes y Brasil la aceptó.

La solidaridad del gobierno argentino con el brasileño debido a la tragedia que atraviesa ese país por las inundaciones, principalmente en el estado de Río Grande do Sul, que elevó la cifra de fallecidos a 100 y más de 1.500.000 damnificados, terminaron de descongelar las frías relaciones que mantenían los presidentes Javier Milei e Ignacio Lula Da Silva. Antes, la canciller Diana Mondino, había hecho lo suyo para acercar posiciones. Hoy, a las 14.30 despega de la Base Aérea Militar El Palomar un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina con dos plantas potabilizadoras de agua con sus operadores. La aeronave aterrizará en la Base Aérea Militar de Canoas, tal lo solicitado por Brasil. La partida se demoró 24 horas porque inclemencias climáticas y porque no había una pista adecuada para operar.

En el lugar estarán presentes funcionarios de la Cancillería Argentina en Brasil y el Agregado Militar de nuestro país para poner las plantas potabilizadoras a disposición del Comando Conjunto Militar brasileño que opera en la zona de emergencia. Así se lo adelantaron funcionarios del Ministerio de Defensa, a cargo de Luis Petri, a Infobae. Petri supervisa en persona el operativo que está a cargo de Comando Operacional del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Se trata de una Operación de Protección Civil de Asistencia Humanitaria denominada “Mano Amiga”.

 “Plena colaboración

El lunes Cancillería emitió un comunicado que en el cual se precisaba que: “A raíz de las graves inundaciones acaecidas en el estado de Rio Grande do Sul, el Gobierno de la República Argentina, a través del Ministerio de Defensa, el Ministerio de Seguridad y la Comisión de Cascos Blancos de esta Cancillería, ha ofrecido al Gobierno de la República Federativa del Brasil su plena colaboración”.

Mondino le comunicó a su par brasileño la ministra interina de Relaciones Exteriores, Embajadora María Laura da Rocha, que el Gobierno de Milei ponía a disposición de Brasil una brigada compuesta por veinte efectivos y caninos de la Policía Federal Argentina, además de expertos en logística de la Comisión de Cascos Blancos, un avión para transporte de personas y de carga, pastillas potabilizadoras, tres helicópteros para traslado y evacuaciones y dos plantas potabilizadoras de agua, un equipo móvil con personal de sanidad, buzos tácticos de la Armada Argentina y unidades de ingenieros con embarcaciones. Por ahora, la administración de Da Silva aceptó y agradeció las plantas potabilizadoras, pero no se descarta que continúen las donaciones.

Dos días antes, el sábado 4 de mayo, Cancillería ya había expresado: “La República Argentina expresa su solidaridad al Gobierno y pueblo de la República Federativa del Brasil, y las más sentidas condolencias a los familiares de las víctimas, ante las trágicas consecuencias producidas por las inundaciones que afectan al sur del Brasil, en particular al Estado de Rio Grande do Sul”.

Las relaciones entre Milei y su par vecino se habían tensado después que el líder de La Libertad Avanza calificó a Lula Da Silva de “corrupto” y “comunista furioso”. Por su parte, Lula le advirtió al mandatario de los Estados Unidos, Joe Biden que en la Argentina estaba en peligro el sistema democrático, en una clara alusión a Javier Milei.

La salida de Argentina de los BRICS, grupo al que el entonces presidente Alberto Fernández había acordado sumarse antes de dejar el poder, y la decisión de Milei de no tener vínculos “con países comunistas” (entre los cuales incluyó al gobierno de Lula), complicó de entrada la relación bilateral.

Las tensiones venían de antes. El mandatario brasileño había expresado su apoyo en las elecciones por el candidato de Unión por la Patria, Sergio Masa. Milei mantenía sintonía fina con el rival de Lula en las elecciones de ese país, el ex presidente Jair Bolsonaro.

El 10 de diciembre pasado, día en que asumió Milei la magistratura, Lula Da Silva no asistió a la ceremonia, sí lo hizo Bolsonaro.

El 17 de abril, en un rotundo cambio de estrategia, Milei solicitó, a través de la canciller Diana Mondino, una reunión con su par de Brasil.

Ayer, hubo otra muestra de distensión en las relaciones bilaterales, o la demostración que la diplomacia va por un carril y las preferencias personales por otra: la ministra interina de Relaciones Exteriores de Brasil recibió la visita de los secretarios de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC), Agustín Arbor González y Marco Marzo. Desde la cuenta oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil expresaron que se trata de “un mecanismo innovador y pionero para generar confianza entre Brasil y Argentina para las mejores prácticas en el ámbito de la verificación de actividades nucleares”.

La ayuda humanitaria del Gobierno de La Libertad Avanza aceptada por Brasil ya había sido adelantada el martes por el vocero presidencial Manuel Adorni: “En primer lugar, el gobierno del presidente Milei quiere expresar sus condolencias a la República Federativa de Brasil por las trágicas inundaciones ocurridas allí, que han dejado un saldo de -hasta el momento- 86 fallecidos y 134 personas desaparecidas. La Argentina, a través de la Comisión de Cascos Blancos, prestará ayuda humanitaria a través de una asistencia comandada por especialistas en logística, gestión de refugios y rescate de personas; y se le han puesto a disposición determinados recursos, que van desde un Hércules C130 de la Fuerza Aérea, hasta helicópteros militares y lanchas de la Armada Argentina”.

 


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